Normalistas y la Ceteg radicalizarán protestas
Guerrero, Octubre (2014).- Tras la irrupción de normalistas rurales de Ayotzinapa en dos establecimientos, la actividad comercial en todas las tiendas departamentales de Chilpancingo se paralizó.
Desde las 09:15 horas, decenas de estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos llegaron a las instalaciones de Aurrera Sur y la Comercial Mexicana, ubicadas en el lado sur de Chilpancingo.
Al principio se limitaron a restringir el paso de los consumidores, alentándolos a reorientar sus compras mejor hacia el mercado tradicional, en donde expenden sus productos los comerciantes locales.
Para las 11:00 horas, grupos de tres y cuatro jóvenes se presentaron en las emisoras de radio más escuchadas en la ciudad y solicitaron unos minutos al aire, los que se les otorgaron sin complicaciones.
“En estos momentos estamos ubicados en las instalaciones de Aurrera sur y la Comercial Mexicana, invitamos a la población a que haga acto de presencia y se sume a nuestras movilizaciones; todo lo que saquemos será completamente gratis”, dijeron los normalistas y enseguida se retiraron.
Cuando el mensaje terminó de transmitirse la actitud pasiva del cierre pasó a otra etapa, se abrieron paso violando las cortinas de metal con barretas y comenzó el saqueo de ambos negocios.
Ropa, aparatos eléctricos y artículos de la canasta básica fueron sacados en los carritos de metal para colocarlos sobre las aceras, invitando a los transeúntes a que los tomaran.
Algunos lo hicieron, otros que observaban los hechos reprocharon airadamente lo que sucedía.
“Eso no se vale, ya es cometer un delito”, gritaron algunos testigos a los normalitas.
Ellos justificaron la acción gritando que los perjudicados en realidad son los dueños del capital que no circula en Chilpancingo, dinero que se va de la ciudad y que se distribuye en otras partes del país.
Cuando algunos tomaron lo que dejaban en los carritos, lo inconformes los calificaron como cómplices de un acto ilegal.
Cubiertos del rostro, los jóvenes no se llevaron lo sacado de las tiendas, tal y como lo anunciaron lo dejaron en las aceras para que la ciudadanía lo tomara, situación que generó las reacciones encontradas.
Aunque ya no fueron a los demás negocios departamentales ubicados en la ciudad, todos fueron cerrados.
La tienda Soriana, ubicada a un costado del Palacio de Gobierno casi de inmediato fue resguardada con policías antimotines. Pasadas las 12:00 horas, siete patrullas de la Fuerza Estatal circularon los establecimientos de manera preventiva.
Ya no hubo incidentes, pues para entonces los estudiantes estaban de regreso en las instalaciones de su escuela.
Información y foto: Milenio